Las dos joyas
A veces Dios retira una determinada bendición para que la persona pueda comprenderlo, además de los favores y peticiones. Sabe hasta que punto puede poner a prueba un alma... y nunca hasta qué punto puede poner a prueba un alma... y nunca superar dicho punto.
>>En esos momentos, jamás digamos: "Dios me ha abandonado". Él nunca lo hace; nosotros si que podemos a veces abandonarlo. Si el Señor nos pone una gran prueba, también nos da siempre gracias suficientes -yo diría: más que suficientes- para superarla>>.
A ese respecto, la lectora Camila Galvao Piva me envía(al autor del libro) una historia interesante, titulada Las joyas:
Un rabino muy religioso vivía feliz con su familia; una esposa admirable y dos hijos queridos. en cierta ocasión, por su trabajo, tuvo que ausentarse de casa varios días. Precisamente cuando estaba fuera, un grave accidente automovilístico mató a los dos niños.
La madre, sola, sufrió en silencio, pero como era una mujer fuerte, sostenida por la fe y la confianza en Dios, soportó el choque con dignidad y valor. ahora bien, ¿cómo dar la triste noticia a su esposo? aun siendo también un hombre de fe, ya había estado hospitalizado por problemas cárdiacos en el pasado y la mujer temía que, al enterarse de la tragedia, le sobreviniera también la muerte.
Solo quedaba rezar para que Dios le aconsejara la forma mejor de actuar. en la víspera de la llegada del marido, oró mucho... y recibió la gracia de una respuesta.
El día siguiente, el rabino regresó al hogar, dio un largo abrazo a su esposa y preguntó por los niños. la mujer le dijo que no se preocupara por eso, tomase un baño y descansara.
horas después los dos se sentaron a almorzar. ella le pidió detalles sobre el viaje, él le contó todo lo que había vivido, hablo de la misericordia de Dios... pero volvió a preguntar por los niños.
La esposa, con actitud algo confusa, respondió al marido:
-Deja a los hijos, después nos ocuparemos de ellos. primero quiero que me ayudes a resolver un problema que considero grave.
El marido, ya preocupado, preguntó:
-¿Qué sucede? ¡Te noto abatida! Cuenta todo lo que te pasa en el alma y estoy seguro de que juntos resolveremos cualquier problema, con la ayuda de Dios.
-Mientras estabas ausente, un amigo nuestro me visitó y me dejó dos joyas de valor incalculable para que las guardara. ¡Son joyas muy preciosas!¡Nunca había visto nada tan bello! Va a venir a buscarlas y no estoy dispuesta a devolverlas, pues ya me he encariñado con ellas. ¿Qué me dices?
-¡Hay que ver, mujer! ¡No entiendo tu comportamiento!¡Tú nunca has cultivado las vanidades!
-¡Es que nunca había visto joyas así!¡No consigo aceptar la idea de perderlas para siempre!
Y el rabino respondió con firmeza:
-Nadie pierde lo que no posee.¡Retenerlas equivale a un robo! Vamos a devolverlas, yo te ayudaré a superar su falta. Lo haremos juntos, hoy mismo.
-Pues bien, querido mío, que se haga tu voluntad. el tesoro será devuelto. la verdad es que ya esta hecho.
Las joyas preciosas eran nuestros hijos. Dios los confió a nuestro cuidado y durante tu viaje vino a buscarlos. Se marcharon...
El rabino comprendió al instante. Abrazó a su esposa y juntos derramaron muchas lagrimas... pero había entendido el mensaje y a partir de aquel día lucharon para superar juntos la pérdida.
En memoria y con dedicación a la familia de Genny Alejandra Flores Magaña y de su novio, quienes trágicamente perdieron la vida el pasado domingo 22 de Noviembre; A Genny, quien leyó este libro de Coelho (vean su perfil de hotmail), probablemente le hubiese gustado compartir con su familia y con nosotros este pasaje de este libro.
Descansa en paz Genny Alejandra Flores Magaña.
Pepe

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